Ella no sabía que esa mañana la esperaban el dulce aroma de las flores mojadas por el rocío y el cantar de los pájaros que acompañarían sus andar mientras le susurrarían secretos al oído.
de Vanina Vidal
Ella no sabía que esa mañana la esperaban el dulce aroma de las flores mojadas por el rocío y el cantar de los pájaros que acompañarían sus andar mientras le susurrarían secretos al oído. Disfrutará del sol pegándole en la cara, recorrerá aquellas veredas y se detendrá precisamente en esa, en la que de chica jugaba a la rayuela marcando las líneas con un pedazo de piedra. Se regalará esa mañana.
Los pensamientos de ese amor que no fue la invadirán y marcarán ese día funesto convirtiéndola en leyenda.